lunes, 17 de septiembre de 2012

Poéticas de la no-poeta.

El tiempo pasa, y me temo que no soy lo suficientemente Borgiana como para cambiarlo. Somos los mismos, deseamos convencernos de ello, aunque el espejo se encargue de refutarlo con el paso de los días, agregando ojeras donde antes no las había y un poco de maquillaje corrido de tanto contener las lágrimas, pero en esencia seguimos siendo los mismos, débiles, imperfectos, siempre ansiosos por ir más allá, la pregunta es ¿qué diablos buscamos? ¿amor? nah, palabra demasiado complicada y gastada, ¿estabilidad? tal vez, algo de paz al final de un día de mierda, ¿o por qué no? la promesa de que los cambios traen cosas buenas y no propiamente una sucesión infinita de jaquecas. 

Lo gracioso de estudiar lo que estudio, es el cliché ridículo de querer ser escritora gracias a una carrera, como si lo dicho en un salón de clase fuera a embutir el talento en tu cabeza o por vía intravenosa, nah nah nah nah nah. Nah. El talento es algo con lo que se nace, la tarea del mundo es pulirlo o arruinarlo para siempre, pero nadie te dirá jamás sobre qué escribir, cómo escribir y por qué o para qué, al menos, no de forma cien por ciento armónica con lo que pase por tu cabeza, el miedo a escribir te lo quitas tú y nadie más, ni siquiera la música en su infinita paciencia escribirá una historia brillante por ti, ya que la música también fue pensada y escrita por alguien más. 

Me gustaría creer que llegará el día en que de la nada despierte y diga "hora de escribir la novela con que dejaré huella en esta basura de mundo" ( si el mundo es o no una basura queda a debate del lector) pero el tiempo pasa y sólo aparecen ideas vagas, canciones que tararear por días y semanas, pero nada de esa "idea" que justifique mi existencia y dé sentido a lo que hago, porque eso pasa, a veces me pierdo en un laberinto que yo misma construí y del que ya ni sé cómo salir, un laberinto de emociones, de recuerdos a los que sigo aferrándome así me entierre en los brazos sus espinas y me duela, de personas que simplemente no deberían estar ahí. Realidad y ficción se pelean por ver quién entierra el cuchillo más hondamente. 

Esto NO es una poética, yo NO soy escritora, soy una metáfora de quien creía ser y a veces me pregunto si llegaré a ser. 

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