martes, 28 de septiembre de 2010

Envidia

En días como éstos me pongo a pensar qué pasa con la vida que sube, baja y nunca se estabiliza. La envidia es un veneno que poco a poco carcome mi alma y la vuelve trocitos. Sufro por envidiar a los demás, y sufro por saber que soy envidiosa ¿ A qué juego? Mierda mierda, mierda mierda, es todo lo que puedo decir. Mierda.

En días como éstos mi alma poética se siente corrompida y sucia, como si no pudiera pararse frente a un espejo jamás.... Jumm... espejo, se me vino algo a la mente, veamos qué sale:






Espejismo:

El día que acepté romper el espejo de mi alma,
Miles de fragmentos volaron por el aire:
uno ha quedado atorado en las pantuflas de mi madre
otro más pequeño en la cama de mi gato
estoy buscando uno ¿ lo has visto?


Detrás de tu dinero, tus gafas de sol, tu maldito ego
¿ lo ves? no, yo tampoco veo ese fragmento.
Tal vez un pequeñín se haya quedado en mi dosis de cafeína de esta mañana
Fragmento perdido , qué bueno sería encontrarte


El espejo de mi alma intenta reconstruirse,
las grietas lo hacen ver feo, débil, cansado:
un espejo lleno de miles de espejos,
cada uno proyectando un rostro distinto

El día que acepté romper el espejo de mi alma,
olvidé que no tendría dinero para uno nuevo.

Listo, qué bien se siente desahogarse y que nadie pueda decirte ni "mu" por ello, o al menos, no de frente.

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